jueves, 21 de febrero de 2008

HELIO.


Demasiado estable para combinarse químicamente, demasiado ligero para permanecer en la atmósfera, el helio tiende a escapar de nuestro planeta. Y con él pueden desaparecer muchas aplicaciones basadas en sus inimitables propiedades.

En realidad, el helio no debería encontrarse en la Tierra porque ha tenido millones de años para escapar. Si podemos disponer del mismo es gracias a que se genera constantemente dentro de nuestro planeta. Las radiaciones alfa, como las emitidas por el uranio natural o el radón, solo son núcleos de helio moviendose a gran velocidad. Tras ser generados bajo tierra, son detenidos por sucesivos choques y acabaran migrando a la superficie en forma de gas o, si tenemos suerte, queda retenidas como “impurezas” en bolsas de gas natural, donde alcanza porcentajes que llegan al 7%. Por ello, y a pesar de su enorme abundancia en el universo, aquí en la Tierra el helio es un recurso escaso y, al igual que el petróleo, no renovable. Existen algunos depósitos artificiales con reservas acumuladas a lo largo del siglo pasado pero se calcula que se agotaran en unos ocho años. La principal fuente natural, los yacimientos de gas natural, también se están acabando aunque deberían durar algo mas.

Con su agotamiento también podrían desaparecer numerosas aplicaciones. Algunas de ellas son aplicaciones cotidianas como los globos de feria. Otras tienen un importante componente tecnológico como su utilización en soldadura, como gas de mezcla para los para los equipos de respiración autónoma utilizados a grandes profundidades o en los dirigibles que, aunque escasos, no han desaparecido. Pero quizás las más importantes sean las aplicaciones científicas. El Helio es imprescindible para estudiar algunos fenómenos físicos únicos como la superfluidez o el comportamiento cerca del cero absoluto de temperatura. Sin olvidar su utilización auxiliar en otros proyectos como la refrigeración de los sensores de telescopios infrarrojos como el Spitzer. Todos estos estudios podrían detenerse o volverse increíblemente caros si no se consigue un suministro adecuado de helio

Naturalmente, el helio no desaparecerá totalmente. Seguirán extrayéndose pequeñas cantidades a un precio cada vez mayor. Tal vez lo suficiente alto como para permitir el desarrollo de un programa espacial que lo proporcione. Se cree que la superficie lunar esta bañada en pequeñas cantidades de los isótopos principales del helio, el He-3 y He-4 procedentes del viento solar que es otra posible fuente. Como alternativas más caras y complejas las atmósferas de Júpiter y Saturno contienen pequeños porcentajes de helio que serian más que suficientes para nuestras necesidades.

Con el helio, como con algunos minerales, empezamos a quedarnos sin suministros suficientes. Y aunque la tecnología pueda desarrollar alternativas para algunos usos tal vez tengamos que empezar a buscarlos fuera de la Tierra.
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